Estoy tratando de empezar a acabar pendientes de trabajo, y no lo logro, pues tengo la inquietud de escribir. Desde cuando, pero no me he dado el tiempo.
La semana pasada consulté por segunda vez a una persona que tiene contacto con los ángeles, se conecta con tu energía, y ve qué ángel y de qué color son sus alas para hablarle de ti. Había estado muy emocional y sin saber qué más hacer. Primero contacté a una amiga postmoderna (totalmente virutal, jamás la he visto) que lo hace así y fue bueno. En esta ocasión, después de la primera sesión, me dijo que había que hacerme una separación energética del fulano. Está en mi departamento, con mis cosas, y mi energía está ahí muy fuertemente. Así que quien bajó fue el arcángel Rafael con sus alas verdes, y me dijo que iba sanando rápido, que la meditación me está sirviendo mucho, y que si se va a complicar todo, así que debo de continuar para no enfermarme.
El ejercicio de separación fue lindo. Me fui a mi lugar feliz, esa montaña con vista al mar de Ios en Grecia que nunca olvidaré (ese viaje en 1991 a los 16 años con mi hermana me marcó…). Me salieron raíces y me convertí en un roble. Mi espíritu y alma se fueron en una burbuja blanca a mi departamento. Hablé con él, le volví a decir todo lo que necesitaba de nuevo, dejé que se fueran mis sombras que él traía a un mejor lugar, y me despojé de todas las suyas. Le deseé buena suerte y limpié mi energía de ahí. Regresé al roble, recuperé mis pies, pero mis piernas siguieron con esa fortaleza del roble.
Como tarea me dejó escribirle a esa mujer, esa mujer que me habitó por todo el tiempo yo creo que desde aquel 19 de octubre de 1992. De hecho no sé si fue desde antes y no lo recuerdo. Mi tío me ha recordado varias veces (y por qué será que se me sigue olvidando), lo duro que fue para él, escuchar que mi papá me decía cuando tenía como 13 o 14 años que qué pena que ya me iba a convertir en una mujer, que ya no me iba a querer tanto. Que me debería de haber quedado chiquita…creo que no puede haber nada peor que vivir la discriminación por ser mujer por parte de tu papá…esa misoginia que te pone en desventaja hasta con otras mujeres por lo que te inculcan.
Antes ya había sufrido como a los 8-9 años mi primer acoso sexual con un loco cuando salí a andar en bicicleta. Me pidió que jugáramos a las cebollitas, a lo que accedí hasta que me sentí profundamente incómoda. Claro, me estaba restregando sus partes en mi espalda…qué asco…recuerdo hasta en qué árbol fue…
Hoy me doy cuenta que mucho de cómo me sentía con mis parejas anteriores, sobretodo con los 2 que más me importaron, Judas fue mi amor profundo y a quien siempre he seguido queriendo, pero cómo lo sufrí mucho tiempo antes de que cortáramos, por que no me trataba como yo esperaba, no me daba la suficiente atención o yo sentía que no me quería tanto. En alguna parte debió de haber sido también mi responsabilidad. Cuando cortábamos era cuando entonces si me buscaba. Y tanto dolor me causó, que «estando» aún con él, mi gran amigo de verano 1992 Pedro me conquistó. Se fue a Europa y nos hablábamos gratis con el truco del teléfono público y la banca por teléfono de Banamex, nos escribíamos todo un año y yo me sentía atrapada en una dualidad, enamorada de 2 hombres. Pedro, me daba esa parte enfermiza, emocional que Judas no entendía.
Mi papá murió el 4 de julio de 1993 y lo encontró mi tío el 8 de julio. 4 días, sin que nadie supiera que no estaba…una noticia que anticipé, desde que me metí a bañar, yo sabía que ya no vivía. Me vestí de negro, recuerdo todo medio borroso. Cuando me habló Judas no le dije hasta después de un tiempo. Llegó a mi casa vestido con un suéter morado…lo recuerdo perfecto. Pedro fue a Gayoso, pero no hubo velatorio, se cremó inmediatamente y la gente fue a la casa a darnos el pésame. No recuerdo particularmente a nadie, recuerdo una sensación de flotar. Pedro fue a la misa y me sentí inmensamente feliz. No lo había visto. Por carta en febrero, le dije que escogía a J y que ahí quedaba todo. Fue complicado. La relación con Judas después de eso, simplemente no fue buena.
Realmente no tengo muy claras las fechas después, ahora las he ido reconstruyendo, pero en 1994 fue cuando en verano me fui a un trabajo de campo de 2 meses, donde hice trabajo profundo con mis amigos y esos dos profesores especiales. Ahí trabajé un poco el tema de mi papá, fue la primera vez que también me liberé de muchos bagajes, y me fumé un churro que me causó tanta gracia, en esa belleza natural de la playa virgen y la palápa donde nos quedamos.
Ya no andaba con Judas. De corazón roto, medio anduve con Beto y con Fabio y como que anduve con riendas sueltas, no quería nada serio, pero igual me rompió Beto un poco el corazón y creo que Fabio también. «El lado oscuro del corazón» me hacía demasiada resonancia. Mi amor por los libros y poemas de Mario Benedetti florecieron, pero mucho por que me recordaban a Pedro.
Regresé al karate poco tiempo después de 10 años a acabar mi pendiente y estaba medio saliendo con Armando de ahí, pero nada era claro. Unos acosos por parte de mi profesor de la Universidad y del trabajo donde voluntariaba, me trató de bescuquear, guaj, ¡qué asco! Jamás lo volví a ver. Todo parecía avanzar con Armando, me gustaba y me trataba bien. Mi destino se acercó al de Pedro cuando esas vacaciones familiares me lo encontré en Ixtapa ha de haber sido en navidad de 1994 y mi cumple. La pasé tan lindo con él. Regresando fui a tomar un café con Armando y Pedro me alcanzó. Ya no había mucho que Armando pudiera hacer, además de que le daba miedo. Literal, se lo madrugaron…
Empezó mi historia de amor loco con Pedro. Ya no era prohibido, sino lo que siempre habíamos querido. Me leía la mente, nos íbamos a Valle, con mis amigos a San Miguel, la pasábamos increíble. Posiblemente mucho alcohol, pero no era demasiado. Pero no era todo lo que yo esperaba. Tal vez al principio, pero después, pasó lo mismo, no le importaba, no me hablaba, no había rapport y yo sufría mucho. ¿Cómo quien siempre me había querido, no me hacía sentir querida? Hoy estoy entendiendo que ya era un mal que yo traía, una necesidad loca por llenar un vacío que nunca iba a encontrar en nadie más…era algo que yo tenía que trabajar. Pero me hundía en sentirme mal de mi misma y en sentirme víctima de la vida. Tenía una «soledad tan concurrida»…
Siempre me había querido ir a estudiar fuera. Lo logré yéndome un semestre a una isla fría y alejada de todo. Para mi sorpresa, me topé con un compañero de la Universidad que no me caía muy bien, pero se convirtió en mi hermano. Ahí por supuesto que me obsesioné con Stéphane quien nos fue a recoger al aeropuerto. Callado, guapo, muy culto y hablaba un español norteño adorable. Se convirtió en mi saga que por supuesto logré. P me quería dar el anillo antes de irme, pero las cosas no iban bien. Lo mandé a la fregada por teléfono cuando yo ya salía (o quería salir, no recuerdo) con Stéphane. Me la pasé muy bien allá, pero Stéphane si era muy extraño. Muy retraído, pero podíamos platicar tan agusto. Fue una grata experiencia y amor sincero, que tenía su fecha de caducidad obvia. Regresé a México en julio y me fue a visitar en agosto. La pasamos bien también, y luego…simplemente se desvaneció el asunto…no tenía para dónde ir. Pero de nuevo, sentí que no era suficientemente importante…
Pedro me volvió a buscar y regresamos. Fue conmigo a la boda de mi hermana. Regresamos unos meses, pero simplemente no funcionó. Me dolió pero le dije adiós. Me fui a vivir sola, saqué mi cinta negra, tuve uno que otro corazón roto. Vi a Pedro en la boda de mi hermana del alma el 2 de octubre de 1999 y me dijo que acabaríamos juntos, que era nuestro destino. El 18 de diciembre, alistándonos para irnos a Oaxaca de misiones, recibo la llamada donde me dicen que Pedro había fallecido, tuvo un accidente en Reforma y no la libró, de hecho llegó al hospital y su mamá lo alcanzó a ver, pero estaba muy mal. Nunca supe bien qué pasó ni cómo. Yo soñé que él moría después de que lo vi en octubre, pero no lo busqué. Me dolió en el alma. Ya llevaba 2 años sin estar con él, pero estábamos conectados, era mi kinderd spirit. Y entonces entendí cómo se sintió mi mamá, cuando mi papá falleció. Es un vínculo que te define, y el que ya no esté físicamente duele y mucho, aunque ya no hayas estado con él… Unos días o meses, no recuerdo, tanto Judas como Stéphane me hablaron para saber cómo estaba. Sabían que Pedro era muy importante para mi…un dolor inexplicable y aún les agradezco esa atención.
En febrero de 2000 mi amiga me invitó al cumpleaños de la hermana de Él. Yo, obviamente, aun no estaba bien. Me seguía doliendo. Y se lo dije algunas veces, cosa que hasta hoy me sigue reclamando ese amor y cariño que le tuve a Pedro. Pero en ese entonces solo me lo dijo cuando fuimos a los cursos prematrimoniales. Empezamos a andar en abril, nos fuimos juntos a Chiapas con mis amigas, se quedaba en mi depto, nunca ni discutimos el vivir juntos. Me peleé con mi prima, se fue, conseguí a una roomie, también me hartó…y para mi era perfecta toda la atención que me daba. Me tenía sumamente enamorada, y ni me podía cuestionar la relación. Caí en las garras de un borderline, narcisista abusador, y yo ni enterada. Todo fue en un abrir y cerrar de ojos.
Hace tiempo que me preguntaba, pero ¿cómo fue que caí? y ahí empieza la explicación. En esa persona que ya no era yo. La persona que realmente era yo, fue esa niña que a pesar de todo lo que vivía en casa fue la más feliz en África a los 11, lejos del alcoholismo de mi papá, a esa adolescente que convencieron a ir a un viaje de hermanas, para darse cuenta en los primeros días que iba de chaperona, pero que yo decidí que serían las mejores vacaciones del mundo. Así fueron, salía sola, hacía amigos, amigas, bailaba, tuve el mejor beso del MUNDO con Fabrizio que perseguí de isla en isla «Don’t you forget about me«, me fui en la motoneta a esa montaña que hoy representa mi lugar feliz…antes de todo lo que pasó después…
Es chistoso, como lo veo para atrás, como si fuese una película, como si fuera otra persona; el aguantar todo lo que fue pasando después, cómo me convertí en su empleada, y soportaba puro regaño, humillación, falta de respeto y tantas transgresiones. ¿Cómo permití llegar tan lejos? ¿Cómo lo soporté? Benditos mecanismos de defensa que ayudan a sobrevivir…y que a pesar de todo, lograba funcionar, salir, sacar lo mejor de mi para los niños, para la vida. Seguía agradecida por lo que tenía…pero era prisionera, estaba secuestrada…y no era yo.
Yo pensé que esta entrada sería la carta a esa mujer…pero creo que aún no llego a ella. Esto es el preámbulo, pues para mi es importante entender, cómo fue que mi yo se desdibujó y se convirtió en alguien que habitó mi cuerpo por tanto tiempo, pero que hoy ya se desvaneció, se fue.
Después escribiré esa carta, pero hoy, solo quiero decir, que como hombre ojalá nunca hagan sentir a su hija así ni a su esposa, y todos somos corresposables de eso.
Realmente espero poder presenciar que en 2 días se elija a la primera presidenta de EEUU. Frente al payaso misoginio de Trump, no hay más…muy buen artículo que leí hoy:
mujercuarentonatercermundista 